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Un cuento para Navidad

“Fueron descorridas las cortinas del lecho, os digo, por una mano invisible. No las cortinas que tenía a los pies ni las cortinas que tenía a la espalda, sino las que tenía delante de la cara. Las cortinas del lecho se descorrieron, y Scrooge, sobresaltándose, medio se incorporó y hallóse frente a frente del sobrenatural visitante al que daban paso: tan cerca de él como yo lo estoy de vosotros, y yo me encuentro espiritualmente junto a vuestro codo.

Era una figura extraña…, como un niño; aunque, más que un niño, parecía un anciano, visto a través de un medio sobrenatural, que le daba la apariencia de haberse alejado de la vista y disminuido hasta las proporciones de un niño. Su cabello, que le colgaba alrededor del cuello y por la espalda, era blanco como el de los ancianos: pero la cara no tenía ni una arruga, y la piel era delicadísima. Los brazos eran muy largos y musculosos, y lo mismo las manos, como si fueran extraordinariamente fuertes. Las piernas y los pies. que eran perfectos, los llevaba desnudos, como los miembros superiores. Vestía una túnica del blanco más puro y le ceñía la cintura una luciente faja de hermoso brillo. Empuñaba una rama fresca de verde acebo y, contrastando singularmente con este emblema del invierno, llevaba el vestido salpicado de flores estivales. Pero lo más extraño de él era que de lo alto de su cabeza brotaba un surtidor de brillante luz clara, que todo lo hacía visible; y para ciertos momentos en que no fuese oportuno hacer uso de él, llevaba un gran apagador en forma de gorro, que entonces tenía bajo el brazo”…

Esta obra hay que encuadrarla en un contexto determinado, siendo hija de una época, concretamente, en aquella época victoriana, desde la que Dickens abogaba por la defensa de los niños y las clases obreras que se veían abocadas a la mendicidad, la prostitución  y el maltrato laboral por su condición de clase trabajadora, en un mundo donde el número de población aumentaba a causa de la industrialización del país y el colonialismo. Pero, ¿por qué rescatar este cuento de Dickens? El cuento de Dickens serviría como un claro alegato contra las injusticias sociales, tanto las de su época como las actuales, y que podemos encontrar a día de hoy en muchas partes del planeta, y desgraciadamente, este año no hace falta cruzar las fronteras para ver las miserias y penalidades que aquí se sufren.  A día de hoy, la crisis y un neoliberalismo atroz han agudizado las diferencias entre el Norte y el Sur, entre clases, y ha hundido la economía global, quizá por ello, les recatemos esta magnífica obra literaria para sumergirnos en ese espíritu navideño y quizá, desear ese cambio o milagro que muchos anhelamos…

Un cuento para Navidad

La historia comienza con la muerte de Jacob Marley, un hombre de negocios, que tenía como único amigo,  al avaro y tacaño Ebenezer Scrooge, un hombre reacio a celebrar la Navidad y ayudar a los pobres. ¡¡Pamplinas!! Ebenezer, solitario y adicto al trabajo, es inmune a la triste realidad de su empleado  Bob Cratchit, a quién trata con desprecio,  a la alegría de su sobrino Fred y todo pobre que se cruce en su camino.

Sin embargo, el genio de Srcooge  cambiará en la víspera de Navidad, éste recibirá la visita de un fantasma que resultará ser el de su mejor amigo y socio Jacob Marley. El espectro le cuenta que por haber sido avaro en vida, toda su maldad se ha convertido en una larga y pesada cadena que debe arrastrar por toda la eternidad. Le anuncia a Scrooge que ya ha superado el conjunto de sus maldades, por lo tanto, cuando muera tendrá que llevar una cadena mucho más larga y pesada. Entonces le anuncia la visita de tres espíritus de la Navidad, que le darán la última oportunidad de salvarse. Scrooge no se asusta y desafía la predicción. La oscuridad llega a las estación del señor Scrooge, quien vigilante intenta conciliar el sueño…

Más tarde, esa noche aparecerán los tres espíritus navideños: el del Pasado, que le hace recordar a Scrooge su vida infantil y juvenil llena de melancolía y añoranza; el del Presente hace ver al avaro la actual situación de la familia de empleado Bob Cratchit, que a pesar de su pobreza y de la enfermedad de su hijo Tim, celebran la Navidad; y por último, el Espíritu del Futuro, mudo, envuelto en una mortaja y de carácter sombrío, le muestra su destino: su casa saqueada por los pobres, el recuerdo sobrio de sus amigos de la Bolsa de Valores, la muerte de Tim Cratchit y su propia tumba, ante la cual Scrooge se horroriza  e intenta convencer al espíritu de que está dispuesto a cambiar si le invierte el destino.

Al final, el malvado Scrooge despierta de esta pesadilla y se convierte en un hombre generoso y amable. Scrooge, finalmente, celebra la Navidad, hace que un jovenzuelo le compre un enorme pavo y lo envíe para su empleado Cratchit sin dar a conocer quién lo mandó. Posteriormente, sale a la calle para saludar a la gente con un Feliz Navidad y entra en casa de su sobrino Fred para festejar la Navidad. Con respecto a Cratchit, finge reprenderlo por su llegada tarde al trabajo; le da un aumento de sueldo y va con él para ayudar a la familia y en especial a Tim en su tratamiento de la enfermedad, lo que al final causa felicidad en ellos haciendo memorable la frase del pequeño Tiny Tim: Y que Dios nos bendiga a todos, a cada uno de nosotros.

Texto perteneciente: https://losojosdehipatia.com.es/cultura/libros/un-cuento-de-navidad-por-charles-dickens/

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