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Laura Ferrero: “hay que aprovechar los momentos”

Por Arantxa Carceller

   Laura Ferrero (Barcelona, 1984) regresa a las librerías con su nueva obra La gente no existe (Alfaguara). Tras sus obras de relatos Piscinas vacías (Alfaguara, 2015), El amor después del amor (Bridge, 2018) y su novela Que vas a hacer con el resto de tu vida (Alfaguara, 2017), esta escritora, guionista y periodista catalana vuelve a sumergirse en el género de cuentos con una colección de historias cotidianas llenas de intensidad. La elegante sencillez de Ferrero narra lo más íntimo, aquellos sentimientos que suelen quedarse de puertas hacia dentro.

   Sin aditivos ni edulcorantes, Laura Ferrero habla de la familia, el amor tóxico, los sueños truncados, la infancia, las falsas expectativas, la perdida, los recuerdos, el miedo para componer un collage de relatos con alma de blues. Si bien, cada historia es independiente la una de la otra, todas ellas tienen un ingrediente en común, la nostalgia. Y a través de cada una de ellas, Ferrero juega a desorientarnos con los propios claroscuros que habitan el día a día. “Me gusta que la literatura tenga un poco esa función de interrogar cómo son las cosas, es decir, este final es igual un principio. Me gusta que los relatos empiecen sobre una cosa y terminen siendo de otra cosa. Que no se queden en la superficie para mirar más allá de la rutina.”

Por ello, hay un hueco para la esperanza, porque estas historias “son también un recordatorio, hay que aprovechar los momentos. Dejar lo bueno para más tarde, tiene el problema de que a lo mejor el más tarde no llega y vas desperdiciando la vida.” De ahí, que a esta joven escritora le guste preguntarse qué es lo que nos hace estar o no realmente vivos”, en un mundo donde la incomunicación es la gran invitada a todas las casas. En La gente no existe todos sus personajes, desde la niña que acompaña a su madre a ver pisos que nunca podrán permitirse, el padre que lleva a su hija adoptada a conocer a su madre biológica, la mujer que se enamora de su vecino por cómo cuida las plantas de su terraza, hasta el hombre que organiza una para celebrar el final de una larga enfermedad, viven en los silencios de las palabras intuidas, pero jamás dichas. Y es ahí, cuando se abre la puerta a la trastienda y dejar de vivir “tras las apariencias, porque a veces tengo la sensación de que vivimos muy deprisa y no estamos del todo aquí. Creo que lo importante es saber quedarse.”

Pd. Recomiendo cinco minutos para reflexionar después de cada historia. Es más, La gente no existe es un libro para dejar en la mesita de noche e ir releyendo poco a poco, porque Laura Ferrero sabe moverse perfectamente en los lugares comunes.

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