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El periodista y escritor Francisco Robles gana el Premio Ateneo de Novela

El Real Alcázar de Sevilla volvió a vestirse de gala para una noche de verano. Este año, por partida doble, la velada se vivió con mucho más encanto y cierta magia; por un lado, el prestigioso Premio Ateneo de Novela celebraba su cincuenta aniversario, y por otra parte, ese mismo sábado, 23 de junio, todo el mundo celebraba el día más largo del año, el fuego empezaba a crepitar en la noche de San Juan. Durante la cena se dio a conocer al ganador del cincuentenario Premio Ateneo de Sevilla, que en esta ocasión recayó en el periodista y escritor Francisco Robles (Sevilla, 1963) con la novela El último señorito. Minutos antes, la profesora Alba Ballesta (Orihuela, 1991) recogía la estatuilla de su Premio Ateneo Joven gracias a Distinta Clara. Las novelas serán publicadas en otoño por la editorial Algaida.

Premio Ateneo de Novela

El último señorito “es una novela que no tiene protagonistas. Es una novela coral. Tiene varias líneas. En la trama actual, en el pueblo, donde se desarrollan todos los hechos del pasado hay dos personajes que van buscando el pasado, uno es el archivero del pueblo que busca el pasado del pueblo, y el otro es una periodista, que viene desde Barcelona a Andalucía, y que busca la verdad periodística. Entonces, ahí hay un conflicto muy interesante, mientras uno va con pasos muy lentos, comprobándolo todo, la periodista necesita la inmediatez. Ahí, hago esa reflexión sobre la postverdad y la verdad histórica, y la verdad periodística,” arguye el columnista del ABC, Francisco Robles, quien se ha inspirado en casos periodísticos para la elaboración de esta novela.

Robles se ambienta en la baja Andalucía de los años 50, con el fin de realizar una radiografía que empieza con la Guerra Civil y termina con la Transición. La historia arranca con la relación, un amor prohibido, entre un jovencísimo señorito andaluz y la hija de unos criados, quien dará a luz a una niña al mismo tiempo que será víctima del rechazo social. Con el tiempo, ya entrado el siglo XXI, la hija de esta criada demandará la paternidad y la herencia, encontrándose con la oposición de su hermana legítima.

A través de este conflicto, Robles ha querido romper con ciertos estereotipos que la memoria y la historia han ido creando sobre la figura del terrateniente, del señor, en este caso, del que será su último señorito andaluz, porque “me gusta defender lo indefendible”. El escritor sevillano abre una brecha en el ideario colectivo para narrar la historia, de algunos señoritos, que nada o poco tenían que ver con el canon que se ha perpetuado a lo largo del tiempo. “Si ha habido, a lo largo de la historia, personas que han sido señoritos, o propietarios agrícolas en Andalucía, que no eran un demonio. Ha habido de todo. Yo he creado un personaje que se corresponde con parte de la realidad porque hubo en su momento personajes que comprendieron que venían de una familia, de un determinado estatus, pero que veían que la evolución de España iba por otro camino. Este señor intenta adaptarse a los nuevos tiempos. Por eso, le llamo el último señorito; él muere durante la Transición. Nace con la Guerra Civil y muere con la Transición. Como esa España que es esclava de su pasado y que quiere salir del pasado, y él pretende adaptarse a las corrientes europeas, democráticas, liberales. Él quiere compaginar eso con su familia y le resulta imposible”.

Robles sumerge al lector en un relato donde las pasiones, odios, venganzas, crímenes y amores irán destruyendo y reconstruyendo las identidades de los personajes, con el fin de dar respuesta a la amarga duda de quién ser. He aquí, la espina dorsal de esta novela, el eterno interrogante, con el que Robles pretende rendir homenaje a escritores como Manuel Barrios o Caballero Bonald, entre otros.

Premio Ateneo Joven

Por otro lado, el Premio Ateneo Joven de novela lo recibió Alba Ballesta, de 27 años, con su obra Distinta Clara, título inspirado en la canción Clara de Joan Baptista Humet, donde narra la investigación de una joven estudiante de Literatura, Laia, sobre la obra de una poeta casi desconocida, Clara Dubasenca, durante la Barcelona de los años 80.

“La literatura es casi una excusa, porque esa búsqueda también se vuelve un poco retrospectiva. A medida que se nos va desvelando quién es Clara, también se nos va desvelando quién es Laia, pero Laia lo va descubriendo en toda esa trayectoria. Laia está un punto de inflexión, en un periodo de cambio donde no sabe muy bien lo que quiere. Digamos que en todo ese proceso hay una reafirmación de ella misma”, explica Ballesta, quien debutó con la novela Rari nantes (Gadir, 2015) y con la que obtuvo el XVI Premio Joven de Narrativa UCM.

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